Mis compromisos
La existencia de un código ético no puede garantizar que las personas nos comportemos de una manera determinada, pero puede fomentar unos estándares de conducta y hacernos reflexionar y asumir como propios ciertos valores.
La existencia de una guía o un documento de este tipo no nos obliga imperativamente, pero nos enfrenta a la decisión meditada de adoptar como nuestros unos principios que son compartidos por nuestros compañeros y superiores, potenciando la asunción voluntaria de responsabilidades.
Así, el compromiso es tanto personal como colectivo; compromiso con la ONCE y con nuestros compañeros, sí, pero también con nosotros mismos y con la sociedad en la que vivimos y socializamos.
El papel de directivos y responsables
El Código Ético de la ONCE es el resultado de un camino que empezó en el año 2004. Desde un primer momento se entendió que, aunque era una aspiración general, debía empezar por sus máximos responsables y, por tanto, el primer documento que se aprobó, fue el código ético para directivos y, poco después, se extendió a mandos intermedios y otros responsables de gestión.
Es fácil de comprender que, antes de buscar la complicidad y el compromiso de todos los trabajadores, era importante que aquellos que más responsabilidades tienen en la marcha del Grupo Social ONCE reflexionaran sobre las pautas y principios que deben incorporar en su actividad de gestión, asumiendo que son los primeros que tienen que dar ejemplo con un comportamiento éticamente impecable.
Por ello, el compromiso del equipo de gestión no es un ejercicio teórico de implicación personal, por importante que eso resulte, sino que además se asume formalmente mediante su firma y se acompaña de una serie de obligaciones muy concretas relativas, por ejemplo, a la aceptación de regalos, a los criterios de gastos de viajes o al uso institucional de vehículos.
El papel de los trabajadores
Además de los compromisos de los responsables de gestión, es importante que todo el equipo humano que compone la ONCE se sienta comprometido con unos mismos valores y principios de excelencia que guiasen su trabajo y sus relaciones con compañeros, clientes y, en definitiva, con nuestra sociedad.
Así, partiendo de los ONCE VALORES que ya forman parte de nuestras señas de identidad, se inició un trabajo de análisis e integración en el que han participado expertos, pero también trabajadores y trabajadoras pertenecientes a distintos puestos y distintas procedencias geográficas.
El resultado es un documento que aprobó el Consejo General en su noveno pleno ordinario del año 2011, si bien el propio Consejo ha evitado darle un carácter impositivo o normativo. Se trata de una orientación y una guía, de una invitación para que cada una de las personas que pertenecen a la ONCE, si así lo estima, lo asuma voluntariamente como propio y se identifique de esa manera como parte de una organización éticamente responsable. El documento fue actualizado en 2023.
Enlaces de interés
Código ético para directivos y responsables de gestión del Grupo (0,07 MB)
Código ético y Guía de conducta de los trabajadores y trabajadoras del GSO (1,92 MB)