La capacitación en competencias digitales abre nuevas oportunidades laborales para las mujeres con discapacidad
El programa RADIA desarrollado por la Fundación ONCE es un ejemplo para la promoción del talento digital de estas mujeres
“La capacitación en competencias digitales puede ofrecer no solo una formación tecnológica sino una nueva oportunidad laboral y lo que ello conlleva, en general, para una persona, pero sobre todo para una mujer con discapacidad” (0,40 MB). Así resumía Patricia Sanz, vicepresidenta de Igualdad, Recursos Humanos y Cultura Institucional, e Inclusión Digital de la ONCE, y presidenta del Observatorio de Igualdad de Oportunidades del Grupo Social ONCE, una de las principales conclusiones desprendidas del Seminario “Habilidades digitales, un puente hacia el empleo”(se abrirá nueva ventana), que se celebró el pasado 27 de junio, en el marco del Observatorio.
En este encuentro, que se celebró en formato webinario, participaron como ponentes Macarena Estévez Muñoz, responsable de Data Analytics e Inteligencia Artificial en Deloitte, e Isabel Mª. Martínez Lozano, directora de Universidades y Promoción del Talento en Fundación ONCE. Tras sus exposiciones, se abrió un turno de debate moderado por la consejera general de Capital Humano y Cultura Institucional de la ONCE, Cristina Arias, y las más de 130 personas conectadas durante la emisión.
En este análisis sobre la importancia del desarrollo de las habilidades digitales como puente hacia el empleo, tanto Macarena Estévez como Isabel Martínez coincidieron en que, para potenciar este interés por las áreas tecnológicas, desde las empresas “lo primero que hay que hacer es quitar el miedo generacional hacia la tecnología. Tenemos que hacerle pensar a la gente que nuestra trayectoria profesional es muy larga, esto no va solo de jóvenes, todos tenemos que formarnos y si podemos hacerlo de forma divertida, mucho mejor”, aseguraba la representante de Fundación ONCE (1,36 MB). Para Macarena Estévez “la formación es muy importante, pero también tener en los equipos gente joven y gente mayor, porque la combinación de esos dos perfiles funciona bien” (1,00 MB).
La igualdad entre hombres y mujeres requiere un esfuerzo
A través de su experiencia laboral en su propia empresa, con la que tuvo el primer contacto con mujeres trabajadoras que fueron madres, Macarena Estévez llegó a la conclusión de que la igualdad real entre hombre y mujeres dentro de una plantilla requiere “un esfuerzo por parte de las empresas para readaptar la situación”.
En su siguiente etapa, ya dentro de Deloitte, en donde el 80% de los socios eran hombres, Estévez descubrió que “las prioridades para las mujeres y la forma de enfocar los problemas es distinta a la de los hombres, y si te encuentras en minoría vas a sentir que tu opinión no cuenta. De ahí la importancia de la igualdad, ya que si hay 50-50 de hombres y mujeres, la diversidad va a suponer un enriquecimiento para cualquier proyecto”, asegura (0,94 MB).
En este sentido, Macarena incidía en la relevancia hoy en día de una formación en entornos analíticos. Ante el gran avance de las nuevas tecnologías, donde el volumen de datos se ha incrementado a cifras desorbitadas, y que además hay que manejar en tiempo real, las máquinas se han hecho imprescindibles y las empresas han tenido que adaptarse a esa transformación. “Pero también es imprescindible que se transformen los empleados y eso significa que tenemos que aprender a empezar a trabajar con máquinas que nos van a facilitar tener razonamientos analíticos. Todo depende de nuestra actitud, y es muy importante que tengamos una actitud abierta a cambiar nuestra manera de trabajar”.
Según prevé la experta, “en el futuro, gracias a la tecnología, vamos a poder aplicar matemáticas sin tener que saber mucho sobre ello, y es muy importante que haya mujeres en esta parte del desarrollo analítico porque siempre una mujer y un hombre suman más que una mujer más una mujer o un hombre más un hombre”. “Nuestra manera de pensar, de tener ideas, de innovar, nuestras preocupaciones, nuestros puntos de vista… son distintos, y es muy importante que ese futuro tecnológico no esté liderado solo por hombres stem, sino por hombres y mujeres stem”, concluye (1,01 MB).
Talento joven con discapacidad desde la Universidad
Desde su experiencia en la búsqueda de talento joven con discapacidad desde la Universidad, Isabel Martínez centró su intervención en el seminario en exponer uno de los proyectos que desarrolla Fundación ONCE en esa materia, el Programa RADIA dirigido a la formación de mujeres con discapacidad en materias tecnológicas.
RADIA se puso en marcha en el año 2019 dentro de esa apuesta de Fundación ONCE por la formación superior y del diagnóstico sobre dónde se sitúan los hombre y mujeres dentro de la economía digital, en el que se ve claramente las diferencias que todavía siguen existiendo.
A juicio de Martínez, “el problema de la masculinización o feminización de los estudios tiene mucho que ver con un problema de equidad y de eficiencia”. En el primero de los casos, los hombres son los que más acceso tienen a los puestos más creativos, mejor pagados y con un reconocimiento social mayor; y, en cuanto a la eficiencia, “se desaprovecha el talento de muchas personas”, asegura (0,77 MB).
El principal objetivo de RADIA es reducir esa brecha digital existente entre las mujeres con discapacidad y las mujeres universitarias con discapacidad. Se puso en marcha en colaboración con la CEOE, con la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas, y en la segunda edición también con Indra.
Está basado en tres fases, una primera de formación general para las mujeres universitarias en áreas tecnológicas digitales; una segunda, de mentoring, y una tercera de prácticas en empresas con las que concluye el programa.
El perfil inicial buscado era el de mujeres con discapacidad que tuvieran interés en la tecnología. Tanto en la primera como en la segunda edición se presentaron más de 100 mujeres, entre las que se seleccionaron 50 para cada una de ellas. En ambos casos, el reparto por tipo de discapacidad ha sido: el 50% mujeres con discapacidad física; el 16%, auditiva; el 5%, visual; 16%, psicosocial, y 14% con discapacidad orgánica.
En cuanto a rango de edad, en la primera convocatoria el 52% de las mujeres participantes tenían entre los 20 y los 29 años, y en la segunda edición el rango de edad ha crecido a una media de 36 años. “Lo importante era no discriminar por razón de edad” (0,60 MB).
Según los estudios, el 19% de las mujeres procedían de carreras stem (el 7% son ya ingenieras; 7% provienen de carreras de Matemáticas; y en torno al 5% de Tecnologías de la Información y la Comunicación) y el resto de otro tipo de disciplinas, el 39% de las ciencias jurídicas y sociales, por ejemplo.
Las participantes provienen de 13 comunidades autónomas, aunque el 20% son de Cataluña y el 23% de la Comunidad de Madrid, lo que indica que la mayoría de la demanda y del interés de las grandes empresas están centradas en estas comunidades, así como dónde más número de universidades hay.
En cuanto al área de especialización, en la primera edición lo hicieron en cuatro grandes áreas: inteligencia artificial, eSports, GreenTech, Biotech, Ecommerce y Ciberinteligencia; y en la segunda, en Inteligencia Artificial y Datos y Ciberseguridad.
El impacto del programa en el empleo ha sido, en la primera edición el 70% de las alumnas realizaron prácticas, de las cuales el 65% está trabajando; el 25% se quedaron en la empresa donde realizaron las prácticas, y el 15% van a optar a nuevos puestos digitales. Pero además del impacto en el empleo, explica Isabel Martínez que se ha conseguido otro importante impacto: “uno de ellos es el entusiasmo con el que se han implicado en el programa y que han sido capaces de transmitir a sus compañeras y en algunos casos les ha servido para volver a motivarse, reorientar sus aspiraciones… y muchas de ellas se han sentido identificadas por primera vez como mujeres con discapacidad” (1,32 MB).