2021 en el horizonte
El año 2011 trajo a la ONCE y su Fundación la aprobación de las leyes de Economía Social y de Juego. Consagran, respectivamente, la naturaleza jurídica de la Entidad, singularidad como operadora de juego responsable y su control público. A partir de esas leyes se reforma el Decreto Regulador de la ONCE, que abre la posibilidad de establecer acuerdos con operadores de juego europeos, lo que se materializaría en 2012 con la participación de la ONCE en el Eurojackpot.
Por otra parte, el mundo de la discapacidad ha conseguido estar ya plenamente en la conciencia ciudadana y en la de sus representantes. Nacientes modelos económicos y sociales se hacen hueco en el sistema: es la economía social y el pujante tercer sector que, en 2011, se constituiría en plataforma representativa de más de nueve millones de personas en riesgo de exclusión.
La ONCE, además, estrecha relaciones con nuestros vecinos europeos; entre otros, los comisarios de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión y el de Mercado Interior y Asuntos Financieros, visitan la Organización para conocer de primera mano su modelo social. Se muestran impresionados y califican la experiencia como “única en Europa”.
Mientras, se han abierto nuevas negociaciones con la Administración del Estado, que culminan –el 19 de noviembre- en un nuevo “Acuerdo General con el Gobierno de la Nación” con vigencia para los siguientes 10 años. Dicho acuero incluye avances en materia comercial, económica y social y mayores compromisos en servicios sociales para sus afiliados y de solidaridad con el conjunto de las personas con discapacidad.
Y con ese horizonte –2021-, la ONCE afrontó su futuro. En ese momento son 70.000 personas ciegas o con discapacidad visual a las que atiende, y su Fundación contabiliza una generación de empleo hasta esa fecha de más de 80.000 empleos.