Historia de la ONCE
Además de la venta de cupón, los ciegos españoles aspiraban a la formación y desarrollo de determinadas profesiones. Así, en la década de los años 60 se crearon centros de formación pioneros: la Escuela de Telefonía, el Centro de Formación Profesional o la Escuela Universitaria de Fisioterapia son auténticos hitos que inician un trayecto hacia la igualdad y la integración social y laboral que ya no se detendrá.
Conforme a estos planes, se crean centros educativos, nacen iniciativas culturales, bibliotecas, en soporte braille y sonoro, y se ponen en marcha servicios fundamentales como el de rehabilitación. En paralelo, nuestro país vivía el denominado Milagro Español, los felices 60.
Corre el tiempo, mudan las condiciones económicas, las necesidades y las aspiraciones. A comienzos de los años 70 La ONCE ha asumido mayores compromisos sociales que la Institución ha desplegado, pero su estatus administrativo ha quedado obsoleto. Los ciegos españoles quieren aportar ideas, participar en la vida institucional, en la toma de decisiones y, en definitiva, en su futuro. Hay una gran efervescencia que la muerte del jefe del Estado, Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, y las consecuentes transformaciones políticas del Estado, contribuyen a enfatizar.
En plena transición política española -que culminó con las elecciones democráticas de junio de 1977- la ONCE ha abierto también su proceso de democratización. Se negocia con la Administración, se forman grupos políticos y finalmente, decisiones valientes.