La ilusión de todos los días
Las primeras elecciones democráticas de la ONCE (19 de enero de 1982 la ONCE) inauguran la modernización y la participación y son, también, el inicio de una revolución en la actividad comercial. Entre 1977 y 1983 se ha legalizado y despenalizado el juego en nuestro país. El sector crece, se diversifica. El cupón tradicional, exhausto, reclama cambios.
Así, el 2 de enero de 1984, el sorteo de la ONCE pasa a ser nacional, los cupones tienen cuatro cifras, los premios aumentan sustancialmente. Era un cambio radical y, por tanto, no exento de incertidumbre. Muchos nervios en este estreno. El resultado rebasó las más optimistas expectativas. El nuevo producto “La ilusión de todos los días” –eslogan de la ya legendaria campaña publicitaria- se coló en los hogares españoles. Los ciudadanos apoyaban el cambio, apoyaban a la ONCE.
En 1987 – “el 1 de octubre va a ocurrir algo que traerá cola” supondrá el corolario a esta década prodigiosa: El Cuponazo con su oferta de 100 millones de pesetas por el precio de 100 pesetas el cupón, triunfó en la calle.
Esta bonanza cristalizó de inmediato en la creación de más servicios sociales para las personas ciegas -como la Fundación ONCE del Perro-Guía, creada en 1990- y el desarrollo de los ya existentes, colocando a la Organización como referente mundial en la prestación de servicios especializados. Permitió, además, crecer en solidaridad con otros colectivos de personas con discapacidad de manera que, en 1988, se crea la Fundación ONCE para la cooperación e inclusión social de las personas con discapacidad, consolidada, en su devenir, como agente activo del sector de la discapacidad.