Ceguera cortical o discapacidad visual cortical
Qué es la ceguera cortical o la discapacidad visual cortical
La ceguera cortical es la falta de visión, no por un problema ocular o una enfermedad visual, sino debido a un daño cerebral en las áreas visuales primarias del lóbulo occipital (corteza visual).
Los ojos y las vías nerviosas encargadas de trasladar y recibir la información visual funcionan correctamente, de hecho, las pupilas de las personas con discapacidad visual cortical son capaces de reaccionar a los estímulos nerviosos. Sin embargo, toda esta información no llega a procesarse correctamente en el cerebro debido a algún tipo de lesión en estas vías.
Causas de la ceguera cortical
La causa directa de la ceguera cortical es la presencia de lesiones a nivel bilateral en los lóbulos occipitales. Estas lesiones suelen estar provocadas por accidentes cerebrovasculares (ictus); por traumatismos craneoencefálicos con hemorragia cerebral asociada y deterioro del lóbulo occipital; por infecciones como meningitis o encefalitis y en algunos casos por malformaciones durante la gestación que provocan o la no existencia de dicho lóbulo o que es disfuncional.
Cómo ve una persona con ceguera cortical
Tal y como hemos observado, la ceguera cortical se debe a una lesión cerebral y no a una patología ocular. De este modo, los ojos y el nervio óptico se encuentran en perfecto estado y, por eso, son capaces de reaccionar a ciertos estímulos como la luz o el movimiento. Sin embargo, al deberse a una lesión cerebral la información no se procesa correctamente, las imágenes no llegan a proyectarse y la ceguera es total.
En estudios con lesiones unilateral (un solo hemisferio dañado), se ha demostrado que el paciente no puede ver lo que hay en su campo visual, pero se ha observado que si que puede alcanzar los objetos colocados en el campo ciego, o esquivar los objetos que hay en su camino para no tropezar con ellos.
En ocasiones, la ceguera cortical puede estar acompañada de anosognosia o síndrome de Anton. La personas que padecen este síndrome niega estar ciega, no reconocen el déficit visual, e intentan actuar y moverse con normalidad. Además, la anosognosia puede provocar confabulaciones o alucinaciones visuales asociadas a esta negación.