El Open Internacional de Ajedrez de Sevilla también se juega a ciegas
Ocho ajedrecistas ciegos españoles competirán en igualdad de condiciones contra ajedrecistas videntes
Ocho de los mejores ajedrecistas ciegos y con discapacidad visual grave de nuestro país, dos de ellos gaditanos, competirán contra videntes en el Open Internacional ‘Ciudad de Sevilla’ que se disputa del 10 al 18 de enero en el Salón Albaicín del Palacio de Exposiciones y Congresos de la capital hispalense.
Entre los participantes de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), estarán presentes los gaditanos José Manuel Vela y Antonio Ramírez; los catalanes Albert Olivera y Gavril Drahici; el vasco Óscar Sáez; el balear Joan Fuster; el gallego David Fernández; y el madrileño Pedro Rubio.
El torneo, uno de los más longevos y prestigiosos de España, tiene más de 250 participantes inscritos de los cuales más de medio centenar son titulados internacionales. El Open se disputará todos los días a partir de las 17:30 horas, excepto la última jornada (día 18 de enero) que dará comienzo en horario matinal.
Los participantes con discapacidad visual se medirán en abierto, en igualdad de condiciones al resto de competidores sin discapacidad de países de todo el mundo.
El ajedrez, uno de los deportes más integradores
El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, por su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes.
Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto. Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas.
Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.