Expertos ajedrecistas ciegos aprenden nuevas técnicas con el Gran Maestro Valery Salov
Considerado tercer jugador del mundo a mediados de los años 90
Un grupo de expertos ajedrecistas ciegos o con grave, de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), asisten del 17 al 21 de febrero, en El Escorial (Madrid), a un curso de excelencia y perfeccionamiento impartido por el gran maestro ruso Valery Salov.
Valery Salov fue tercer jugador del mundo a mediados de los 90 (sólo superado por los legendarios Karpov y Kasparov), con una ristra de premios y éxitos a sus espaldas que lo convierten en un referente del tablero en cuadrícula.
Jaque a Paul Morphy
Solo seis ajedrecistas de alto rango han sido los afortunados miembros del equipo de la Federación que van a disfrutar de estas Clases Maestras del curso, tan exclusivas y excepcionales, centradas en la carrera ajedrecística del genio norteamericano Paul Morphy, quien dominó el ajedrez mundial desde 1858 a 1863, en los años anteriores a la creación del Campeonato del Mundo de Ajedrez. Estos afiliados a ONCE son Enrique López (Cataluña), Miguel Llaneras (Castilla-La Mancha), Antonio Quintero y Ángel Mesa (Andalucía), Francisco Balmiza (Madrid) y Valeriano Septién (Tenerife). Todos ellos podrán mejorar su nivel de juego con el aprendizaje de nuevas jugadas y estrategias, a través de la interpretación del ajedrez de esta auténtica figura mundial.
Las sesiones de por la mañana se dedicarán, en general, al estudio monográfico del estilo de Morphy y sus grandes movimientos, mientras que las tardes se repartirán entre el estudio y resolución de problemas y el análisis de algunas partidas de actualidad reseñables y referentes.
Volviendo a la figura de Valery Salov, éste obtuvo el título de Maestro Internacional en 1984 y el de Gran Maestro en 1986. Fue campeón del mundo sub 16 en 1980 y campeón europeo Junior en 1983 y 1984.
¿Cómo es un tablero de ajedrez adaptado a personas ciegas?
El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, por su facilidad para ser practicado de forma plenamente integrada en las competiciones con personas videntes.
Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto. Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas. Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.