La ONCE apoya a más de 7.000 estudiantes ciegos ante el inicio del curso escolar para garantizar su inclusión educativa y social
Cuenta con equipos específicos multidisciplinares que trabajan con el alumnado y también con sus familias
Un total de 7.187 estudiantes ciegos o con discapacidad visual de toda España afrontan estos días el comienzo del curso escolar. De ellos, más del 99% lo hacen matriculados en centros de enseñanza ordinarios, en un modelo de educación inclusiva gracias al apoyo de los equipos de atención educativa de la ONCE. De esta forma el alumnado sigue las mismas pautas y directrices que el resto de compañeros sin discapacidad visual.
Los equipos específicos de atención al alumnado con ceguera y discapacidad visual cuentan con maestros y maestras, tanto de la ONCE como de la Administración especializados en discapacidad visual que acuden a los centros educativos en los que se escolariza un alumno o alumna ciego o con baja visión. En ellos forman a la comunidad educativa en materia de discapacidad visual, asesoran al profesorado e intervienen directamente con los estudiantes en aspectos vinculados a su discapacidad. En la actualidad hay 418 de estos profesionales repartidos en todas las comunidades autónomas.
Pero la escuela no se restringe a la adquisición de contenidos curriculares, sino que es el ámbito propicio para que niños, niñas y jóvenes alcancen competencias trasversales que les permitirán su desarrollo pleno y su inclusión educativa y social. Para el desarrollo de estas competencias, los equipos específicos de la ONCE cuentan con una serie de profesionales que intervienen con el alumnado de manera multidisciplinar, atendiendo a las necesidades detectadas por el maestro o maestra coordinador de caso en las distintas áreas, con el objetivo de lograr un funcionamiento óptimo en su vida cotidiana, escolar y social acorde a su edad y nivel madurativo.
Profesionales de la psicología, trabajo social, técnicos de rehabilitación, instructores de tiflotecnología y braille, profesionales de la animación sociocultural o mediadores para el alumnado con sordoceguera son algunos de los perfiles que contribuyen al desarrollo integral y la plena inclusión del alumnado.
Intervención con las familias
Otro de los pilares en los que se basa la ONCE para lograr el desarrollo de competencias trasversales que vayan más allá de lo curricular pero a su vez repercutan en su mejora es el de la intervención con las familias.
La familia es el primer y fundamental agente de socialización del niño o niña y también es quien debe garantizar que se produzcan avances educativos mediante la coordinación estrecha con los agentes educativos del centro donde el niño o niña está escolarizado y con los profesionales de la ONCE que le atienden con el fin de plantear objetivos comunes y trabajar juntos en la misma dirección. Por tanto su papel es clave y a su vez son la mejor garantía para la inclusión educativa de sus hijos e hijas desde los primeros años hasta la educación superior y posterior inserción sociolaboral.
Dado que algunas familias pueden no conocer ciertos aspectos vinculados al desarrollo y educación de los niños y niñas con discapacidad visual junto con el impacto emocional que les supone la aparición y presencia de esta discapacidad en sus vidas, los profesionales intervendrán con ellas en diferentes áreas, proporcionándoles recursos y herramientas en función de sus necesidades: adaptación y ajuste a la discapacidad visual, gestión emocional, búsqueda de recursos internos y externos a la ONCE, adaptación de materiales, herramientas lúdicas, etc.
Junto a la intervención individual, cobran especial importancia las Escuelas de Familias, en las que se abordan temas específicos vinculados a las necesidades generales de los niños y niñas con ceguera en cada momento evolutivo, así como jornadas formativas y lúdicas.
Desde el Departamento de Atención Educativa de la ONCE resaltan que “la atención educativa con el alumnado es una atención integral, buscando que alcancen las competencias básicas trasversales que les permitan llegar a ser personas adultas plenamente independientes y socialmente incluidas, y para esto es fundamental la intervención interdisciplinar de un equipo perfectamente coordinado que además tenga claro que toda intervención debe llevarse a cabo de forma multidimensional y sistémica englobando a todos los agentes que rodean al alumno o alumna y poniendo especial énfasis en la comunidad educativa y en su familia”.
Tramos educativos
Durante este curso 2023/24, los 7.187 alumnos y alumnas ciegos y con discapacidad visual, entre los que se incluye el alumnado con sordoceguera u otras discapacidades asociadas a la visual, se reparten, por nivel educativo, de la siguiente manera: 1.194 escolares participan en la Educación Infantil; 1.510 están escolarizados en Educación Primaria; 1.098 han llegado a la Educación Secundaria Obligatoria; 259 cursan Bachillerato; 396 se preparan en la Formación Profesional; 763 se enfrentan a la Universidad; y 1967 están inscritos en otro tipo de enseñanzas.
Por comunidades autónomas, el censo se distribuye así: Andalucía, junto con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, 1.727 estudiantes; Aragón, 206; Principado de Asturias, 126; Islas Baleares, 152; Canarias, 270; Cantabria, 72; Castilla-La Mancha, 297; Castilla y León, 351; Cataluña, 1160; Extremadura, 149; Galicia, 319; La Rioja, 37; Comunidad de Madrid, 1114; Región de Murcia, 311; Comunidad Foral de Navarra, 86; País Vasco, 151; y Comunidad Valenciana, 659.