La ONCE incrementó las ventas de sus diferentes productos de juego un 6,2% en 2016, hasta los 1.918,3 millones de euros, lo que le permitió afianzar e incrementar su labor social e impulsar 9.557 empleos para personas con discapacidad.
Estos son algunos de los datos del recién aprobado 'Informe de Valor Compartido 2016’ de la ONCE, Fundación ONCE y sus empresas sociales ILUNION, que resume la aportación social y económica de la Organización a la sociedad: su labor con las personas ciegas; la solidaridad con el resto de la discapacidad a través de Fundación ONCE o la rentabilidad económico-social de ILUNION.
Con estos datos, el juego responsable de la Organización, principal motor de su acción social, acumula dos años de incrementos, con un modelo único en el mundo que suma la fuerza de 19.700 vendedores (plantilla media 2016), todos personas con discapacidad; la incorporación de las más modernas tecnologías de ventas a través de Internet, móvil o TPV accesibles, que acaban de estrenar el pago con tarjeta; y un canal físico complementario compuesto por colaboradores autorizados. (Ver gráfico página 26)
En este sentido, cabe subrayar que los agentes vendedores suponen un 92,9% de las ventas globales y los otros dos canales se reparten el 7,1% restante. Por productos, en 2016 se mantuvieron los pasivos (las diferentes versiones del cupón) y subieron especialmente los activos (arrastrados por el Eurojackpot) y las loterías instantáneas. En el capítulo de empleo de vendedores, en los últimos cinco años la ONCE ha suscrito 3.645 contratos indefinidos, a razón de 730 anuales, lo que supone dos vendedores fijos cada día.
Con estos datos, ONCE, Fundación ONCE e ILUNION suman una fuerza de empleo que asciende a 68.467 personas, el 57% con discapacidad –un punto más que el año anterior-, lo que representa 1 de cada 278 empleos en el mercado laboral español. En los últimos 20 años, la Organización ha impulsado 107.371 empleos para personas con discapacidad, a razón de 15 diarios.
Juego con huella social
La mejora de los ingresos supone una inyección de inversión social en todos los ámbitos, tanto directamente como a través de Fundación ONCE. Merece especial hincapié el esfuerzo inversor dedicado a la cobertura de 72.256 personas ciegas o con discapacidad visual grave, con 3.438 nuevos afiliados en 2016, quienes cuentan con un programa personalizado de inclusión en todos los ámbitos (social, rehabilitador, laboral, educativo, cultural, movilidad, etc..).
En esta línea, en 2016 se entregaron 136 perros guía de forma gratuita a otras tantas personas ciegas (con un coste medio de 30.000 euros por animal); se intensificó la labor de la Fundación ONCE para la Atención a Personas con Sordoceguera (FOAPS), que cumple 10 años y alcanza 100 mediadores y 80.000 horas de mediación; se atiende a 7.497 estudiantes ciegos -el 99,4% en educación integrada- con 1.600 profesionales a su servicio (maestros, psicólogos, trabajadores sociales, técnicos en rehabilitación, tecnología, deporte, etc); se impulsó 66 proyectos de investigación; 12 de prevención de la ceguera; o 50.790 adaptaciones bibliográficas en sonido y braille, entre otras acciones. En total, una inversión directa de 150,9 millones de euros.
Esta es la verdadera “huella social” del juego responsable de la ONCE, que reparte así cada 100 euros ingresados: el 51,2% se destina a pago de premios; el 24,3% a coste de vendedores; el 12,7% a gastos indirectos de la gestión del juego; el 3,1% se transfiere a Fundación ONCE para solidaridad con otros colectivos de la discapacidad; y el 7,9% se invierte en servicios sociales para personas ciegas (0,8 restante se divide en contingencias, prima a trabajadores por resultados y programas especiales).
Más empleo
Por su parte, Fundación ONCE intensificó su actividad centrada en formación, empleo, accesibilidad, análisis, visibilización e información para personas con discapacidad con una inversión total de más de 74,8 millones de euros distribuidos por toda la geografía estatal, como una lluvia fina que impulsó 1.762 proyectos en beneficio de estas personas y sus organizaciones (51,9 millones a empleo y formación y 22,9 a accesibilidad).
E igualmente, se amplió la labor de formación y mediación de empleo para personas con discapacidad que se realiza a través de Inserta Empleo, que gestionó en 2016 una bolsa de 233.027 demandantes con discapacidad gracias, en parte, al nuevo marco de financiación logrado desde el Fondo Social Europeo (FSE) –del que Fundación ONCE es entidad beneficiaria y organismo intermedio- a través de los programas de Inclusión Social y Economía Social, y de Empleo Juvenil.
Economía social en alza
Durante 2016 la cifra de negocio de ILUNION, el grupo de empresas sociales de la ONCE y su Fundación, creció un 5,7%, hasta los 796,4 millones de euros y un ebitda de 39,5 millones; el porcentaje de la plantilla con discapacidad sobre la plantilla media total al cierre de ejercicio se sitúa en el 43,3%, logrando compatibilizar los objetivos de rentabilidad económica y rentabilidad social.
Cierra así el segundo ejercicio con la nueva marca, ILUNION, ya asentada entre la ciudadanía por sus cinco divisiones: business y facility services; sociosanitaria; consultoría; turismo; y comercialización. El grupo está presente en todas las comunidades autónomas a través de 479 centros de trabajo, el 50% de ellos Centros Especiales de Empleo (CEE) y cuenta con 1.350 posiciones de contact center; 85 tiendas de conveniencia; 26 hoteles urbanos y vacacionales; 41 plantas de lavandería industrial; 8 residencias de mayores y personas dependientes; 10 centros de día; o 25 clínicas de fisioterapia propias y asociadas.
Ninguna persona con discapacidad latinoamericana queda atrás
Por otra parte, la ONCE intensificó en 2016 su labor de cooperación y apertura al exterior, especialmente en América Latina, con la intención de trasladar el modelo de cobertura socio-económica de la Organización a algunas iniciativas en los países hermanos.
Por tanto, se amplió la labor social y de cooperación de la Fundación ONCE para América Latina (FOAL), especialmente apoyando la inclusión educativa y laboral de las personas ciegas o con discapacidad visual con proyectos como el establecimiento de un aula de recursos para la atención de estudiantes con discapacidad visual de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras; creación del centro de recursos tiflotecnológicos para la formación de profesionales de la educación, de la Escuela Graciela Pintado de Madrazo (Tabasco, México); o un proyecto piloto para la inclusión social de mujeres indígenas con discapacidad visual en Guatemala, además de acciones en 19 países, con especial incidencia en lugares de Colombia.
Pero además, se han iniciado los trabajos para trasladar a estos países, siempre en colaboración con su tejido asociativo de la discapacidad y los organismos competentes, acciones de carácter socio-económico como la creación de primera lavandería industrial de Colombia, que incluirá un 50% de personas con discapacidad en plantilla; la implantación de herramientas útiles para la formación y búsqueda de empleo, como los programas Inserta, o la colaboración con las loterías públicas de estos países, reunidas en la Corporación Iberoamericana de Loterías y Apuestas del Estado (CIBELAE), para que viren su acción social hacia las personas con discapacidad, como ya se hace en Europa.
Todo ello con el objetivo impulsado por la ONCE y otras organizaciones en la Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias (Colombia) de noviembre de 2106 para poner en marcha el primer Programa Iberoamericano sobre Discapacidad, que impida que ninguna persona con discapacidad de América Latina pueda quedar atrás.