La ONCE recibe en Bruselas el Premio Ciudadano Europeo 2016
Patricia Sanz, vicepresidenta de la ONCE, recoge el galardón y anima a la UE a impulsar un pilar fuerte de inclusión social
La ONCE ha recibido en Bruselas uno de los premios Ciudadano Europeo 2016, que concede anualmente el Parlamento Europeo (PE) a propuesta de sus eurodiputados. Es un galardón que reconoce aquellos proyectos, actividades o acciones que mejoran la comprensión mutua y la integración entre ciudadanos de los Estados Miembros o que promueven la cooperación transfronteriza o transnacional dentro de la Unión Europea.
La vicepresidenta de la ONCE, Patricia Sanz, ha recogido el galardón de manos del presidente del PE, Martin Schulz, en un acto en el que también han sido reconocidos otros proyectos de entidades españolas, como Proactiva Open Arms y la Asociación Guipuzcoana de Autismo Gautena.
El galardón, que concede anualmente el Parlamento Europeo a 50 proyectos y acciones concretas, reconoce expresamente el modelo de inclusión social de la ONCE basado en educación y empleo para personas ciegas o con otra discapacidad; proyectos consagrados en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, con los que ONCE, su Fundación y su grupo de empresas sociales ILUNION vienen demostrando hace 30 años su decidido compromiso.
Durante el evento, Patricia Sanz subrayó el “compromiso” europeo de la Organización y destacó cómo este tipo de eventos ayuda a los europeos a “sentir más cerca a sus instituciones”. “La UE debe dar respuestas a los ciudadanos y estas deben verse”, reiteró, “fortaleciendo el pilar de la inclusión social”.
La ONCE y su Fundación, abiertas al mundo
La ONCE y su Fundación avanzan en su labor de inclusión social de las personas ciegas y con otras discapacidades, extendiendo su modelo a América Latina y la Unión Europea, entre otros lugares del mundo, que valoran su modelo económico y social sostenible, solidario y generador de riqueza para toda la sociedad, especialmente para millones de personas con discapacidad.
En el ámbito más solidario, la ONCE y su Fundación tienen un papel activo en más de 25 estados, además de los vecinos comunitarios: trabaja en proyectos de educación y empleo en 19 países latinoamericanos a través de la Fundación ONCE para América Latina (FOAL); y extienden iniciativas educativas a puntos de Europa que han resultado afectados por conflictos bélicos, como la zona de los Balcanes, donde un equipo de impresión en braille y la formación de profesionales han hecho posible la constitución de un centro de recursos educativos.
Existe también presencia de la ONCE y su Fundación en África, por ejemplo en los campamentos saharauis en Argelia, único lugar de ese continente donde todos los niños ciegos están escolarizados gracias a proyectos educativos de la Organización. También se trabaja en iniciativas culturales en Marruecos o de empleo e inclusión en Túnez.
En el entorno de la representación, la ONCE participa muy activamente en el sector asociativo mundial de las personas ciegas, tanto en la Unión Europea de Ciegos como en la Unión Mundial de Ciegos a través de sendas vicepresidencias; forma parte activa del Foro Europeo de la Discapacidad; trabaja en el Comité de Expertos de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, además de tener presencia en muchos otros foros internacionales de la discapacidad.
Los datos que confirman el trabajo de la ONCE fuera de nuestras fronteras son rotundos: 121.684 niños con discapacidad visual grave escolarizados en América Latina en los últimos cuatro años; 52.133 adultos ciegos formados para el empleo, muchos de ellos trabajando, lo que les permite pasar de vivir ocultos, apartados y olvidados, a ser, en algunos casos, el único sustento de su familia; todos los niños ciegos de los campamentos saharauis escolarizados; centros de producción de material educativo en la zona de la guerra de los Balcanes; impulso a la discapacidad en Túnez, tras la primavera árabe; mejora de la accesibilidad en países como Uruguay, Costa Rica o Ecuador; o más de 15 años incorporando en las directivas comunitarias avances en transporte accesible, empleo o educación para 80 millones de ciudadanos europeos con discapacidad.