La sevillana Aurora Delgado, afiliada a la ONCE, finalista del Premio Nadal de Novela
“Somos una generación que no termina de crecer, no sabemos qué hacer con la vida”, sostiene la autora
La escritora Aurora Delgado (Sevilla, 1968), afiliada a la ONCE, ha quedado finalista este año del Premio Nadal de Novela con su obra ‘Curva’, un texto que profundiza en la perversión de la pureza en la vida de las personas, contextualizada en los pueblos del Aljarafe sevillano. La autora emprende ahora el largo viaje de publicar su novela en un mercado literario adverso siempre a los apellidos menos conocidos.
En síntesis, un hombre que no quiere tomar decisiones delega su destino en los demás hasta que, de repente, se verá obligado a responsabilizarse y tomar las riendas de su vida. “Somos una generación que no termina de crecer, que queremos conservar la pureza hasta que la cruda realidad ensucia nuestras manos”, explica en el barrio de la Macarena, antes de salir de viaje a Copenhague. Según su autora, ‘Curva’, no es una novela al uso, ni en el estilo, ni en los personajes, ni el tratamiento de las situaciones que protagonizan. “No está escrita para ser un bestseller –admite-, sino desde la honestidad narrativa y literaria, pero puede interesar a cualquiera porque cualquiera puede verse reflejada”.
El germen de ‘Curva’ nació de una noticia fechada en Argentina. Un hombre pierde a su hija y deja a su mujer en coma en un accidente de tráfico en una curva y decide instalarse en ese mismo lugar para vivir allí con el afán de alertar a los conductores del peligro de esa curva. “Mucha gente de los sesenta y setenta se puede sentir identificada con los personajes que comparten una preservación de la pureza. No sabemos muy bien qué hacer con la vida y vamos jugando nuestras cartas por eso sale a la luz toda la perversión que representa la realidad”, explica.
En medio, la autora aprovecha para ahondar en temáticas actuales como la especulación urbanística la seguridad en las urbanizaciones, con el Aljarafe de fondo, la relación de las familias o la educación de los hijos. “En el fondo es una búsqueda de la identidad, quiénes somos como personas y qué decidimos qué queremos ser”, matiza.
Haber quedado finalista en el premio más antiguo de las letras españolas constituye ahora un impulso a su trayectoria. En 2014 publicó su primera novela ‘El corazón de Livingstone’, editada por Libros de la Herida, una obra con la que ganó el premio Ciudad de Alcalá de Henares de Narrativa. Y en 2001 sumó otro premio de Microrrelatos por ‘El contador a cero’.
Licenciada en Arte Dramático y Máster en Escritura Creativa por la Universidad de Sevilla, ciega de un ojo y con desprendimiento de retina en otro, Aurora sabe que no tiene fácil abrirse un hueco en el mercado literario, pero lo va a intentar. “Se prima más a la gente con visibilidad pública –reconoce-. Hasta las editoriales miran antes cuántos seguidores tienes en las redes que la calidad literaria de los textos. Es muy difícil hacerse un hueco siendo nadie”, sostiene.