Un centenar de alumnos y alumnas con discapacidad visual se enfrentan en estos días a las pruebas de la EBAU
Para su preparación han contado con el apoyo de los maestros y maestras integrantes de los Equipos Específicos de Atención Educativa de la ONCE
Un centenar de alumnos y alumnas ciegos o con grave discapacidad visual de toda España se enfrentan en estos días a las pruebas de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), que se celebrarán, en la mayoría de las Comunidades Autónomas, en los primeros días del próximo mes de julio.
Para su preparación, todos ellos han contado con el apoyo de los maestros y maestras que forman parte de los Equipos Específicos de Atención Educativa(se abrirá nueva ventana) que la ONCE, en colaboración con las diferentes Administraciones Educativas, pone a disposición de este alumnado con discapacidad visual a lo largo de toda su etapa de formación. En la actualidad son 430 repartidos por los diferentes territorios.
Los técnicos y maestros de la ONCE se encargan estos días de velar porque la accesibilidad y la igualdad en el acceso a esta importante prueba sea efectiva para los estudiantes con discapacidad visual: exámenes y ordenadores adaptados; acceso a la información de forma accesible; y cualquier necesidad que permita una educación inclusiva, en igualdad.
El reparto por Comunidades Autónomas del censo de estos alumnos es: Andalucía, 19; Aragón, 4; Asturias, 1; Islas Baleares, 1; Canarias, 2; Cantabria, 2; Castilla-La Mancha, 3; Castilla y León, 4; Cataluña, 16; Comunidad Valenciana, 12; Extremadura, 1; Galicia, 8; La Rioja, 2; Madrid, 10; Murcia, 7; y País Vasco, 7.
La tarea del maestro o maestra consiste en valorar al alumnado y elaborar un Plan Individual de Atención Educativa del alumno o alumna asignado. En función de las necesidades del alumnado, la atención prestada puede variar: desde el seguimiento, asesoramiento y orientación al Centro Escolar donde se escolarice el estudiante, a una intervención directa con el alumnado para garantizar su inclusión tanto dentro como fuera del aula, en aspectos académicos y/o relacionados con lo social (recreo, deporte, ocio y tiempo libre).
Las áreas de intervención son muy diversas y arrancan con los primeros años y las instrumentales básicas (alfabetización y enseñanza del sistema braille) para recorrer el uso de la tecnología (adaptada en cada caso), autonomía personal (orientación y movilidad), competencia social, ajuste a la discapacidad, estimulación visual, adaptación de materiales de todo tipo, información y dotación de recursos y materiales, transcripción de textos a braille o sonido, etc.
Atención desde los CRE
Junto a estos 90 estudiantes que preparan ahora la EBAU, durante el curso 2019/2020 los Equipos de Atención Educativa han atendido a un total de 7.413 personas, repartidas entre los diferentes niveles formativos, de las cuales más del 99% están escolarizadas en centro educativos ordinarios.
La labor de estos Equipos está coordinada desde los desde los cinco Centros de Recursos Educativos (CRE)(se abrirá nueva ventana) que la ONCE tiene en diferentes puntos de España para una cobertura global: el CRE de Alicante, que atiende a los estudiantes de toda la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia; el CRE de Barcelona, para Cataluña, Aragón, Islas Baleares, La Rioja y Navarra; el de Madrid, que incluye a Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León y País Vasco; el centro de Pontevedra, con cobertura para Galicia y Asturias; y el CRE de Sevilla., que cubre toda Andalucía y Extremadura.
La labor de los profesionales de los Equipos Específicos, fruto de los convenios de colaboración entre la Administración Educativa y la ONCE, no solo se desarrolla con el alumnado y los centros donde se matriculan, sino también con las familias de este alumnado, prestando información sobre las necesidades y capacidades de sus hijos e hijas, así como del trabajo que se está realizando, aportando los recursos humanos y materiales necesarios para que la inclusión de este alumnado sea una realidad, también desde casa.
La inclusión del alumnado con ceguera o discapacidad visual en el ámbito escolar es una realidad en la que toda la comunidad educativa está inmersa. Por ello, es necesario que los recursos didácticos y herramientas tecnológicas utilizadas en los centros respeten los principios de accesibilidad y diseño para todos.