Desplazamiento autónomo
La capacidad de moverse es esencial tanto para poder realizar las actividades de la vida diaria (las que se desarrollan en el hogar) como las que precisan de desplazamiento al exterior (ir y volver al trabajo o la escuela, participar en actividades sociales y recreativas, etc.).
Si no hay autonomía en la movilidad, la persona depende del deseo, buena voluntad o conveniencia de otros.
La discapacidad visual incide en las posibilidades de acceso a fuentes de información imprescindibles para tener una movilidad adecuada, como:
- Objetos y situaciones peligrosos que no se pueden detectar sin visión (zanjas, obstáculos, etc.)
- Símbolos y señales que regulan la movilidad urbana (semáforos, señales de dirección, etc.)
- Acceso a carteles informativos (directorio, salidas, etc.)
El entrenamiento se realiza de manera personalizada, ajustado a sus capacidades e intereses, a través de un método sistemático de enseñanza que expone paulatinamente a situaciones de complejidad creciente.